Vulcanus es un hombre duro de rostro severo, de expresiones duras, ojos fríos, mal temperamento y propenso a los estados de ánimo oscuros. Vulcanus es duro y así debería serlo. Como uno de los principales líderes de una ciudad subterránea en la que la supervivencia es una batalla diaria, Vulcanus debe encarnar el ideal de un gobernante a la vez aterrador pero justo, valiente pero no paranoico y violento pero solo contra los enemigos. Algunos dicen que es un tirano y añoran a los reyes de tiempos mejores. Pero por más que uno pueda desear un gobernante bondadoso, no se puede negar que la Ciudad de Vulcanus prácticamente está libre del crimen, el caos y la hambruna de otras regiones.
Vulcanus no es solo un guerrero político y comandante, el hombre es experto en el uso de la ballesta pesada y las armas de asedio. Vulcanus personalizó su propia arma para que dispare las flechas con una fuerza tal que infunde miedo en los enemigos mejor blindados.

Vulcanus desciende de una larga línea de pioneros. Los pioneros de la antigüedad decidieron que la mejor solución para las temperaturas heladas de la superficie era excavar.
Todos estos pioneros (algunos aventureros, eruditos, nobles exiliados, criminales y bandidos) encontraron refugio en las áreas subterráneas de la ciudad que en ese entonces ya estaban ocupadas por la Tribu de los Quiebravientos. La guerra estaba garantizada, pero en base a su preocupación en común por la humanidad se forjó una mejor unión. Las facciones depusieron sus armas y arados y el propio pueblo de Vulcanus se ramificó en una variedad de distintas sectas que hoy luchan entre sí más que con los Quiebravientos.
El grupo de Vulcanus fundó valientemente la ciudad de Thaleira sobre un territorio libre... desde su punto de vista. Los Quiebravientos nunca se habían asentado allí porque todo el territorio era considerado una Zona prohibida «maldita». La maldición llevaba consigo un gran peso. Aún queda un poder en las ruinas que impide a cualquier explorador lograr regresar de sus profundidades. Vulcanus no ha estado dispuesto a ir por sí mismo, pero cree que el poder mortífero que albergan las ruinas también podría usarse para llevar vida a un mundo azotado por el hielo. Hay una gran recompensa para quien logre regresar de la Zona prohibida con el conocimiento secreto de lo que esta oculta.

El gran misterio de la Zona prohibida atrae a aventureros de todas partes como polillas a una llama. Algunos, como Rufus, vienen en paz.
Nadie sabía qué pensar de ese gigante de tez pálida con su gran melena roja. Lo único claro es que parecía seguir los consejos de un misterioso anciano que lo ayudó a evadir a los centinelas de Thaleira fuera de la Zona prohibida. Los centinelas sacudieron sus cabezas y se fueron de ahí, tristes por la muerte del incauto explorador, pero aliviados de no tenerlo que haber ejecutado ellos mismos.
Rufus apenas sobrevivió a lo que haya sucedido en la Zona prohibida cuando se topó por puro accidente con los guardias de Thaleria, quienes lo detuvieron. Vulcanus ordenó que llevaran a Rufus al palacio y lo trató como un invitado de honor. Rufus no lograba recordar nada de afuera de las puertas de la ciudad. Volcanus se lo pidió varias veces, pero Rufus se niega a regresar.

Pero no todos los exploradores de la Zona Prohibida son tan amistosos. Un contingente de avanzada de soldados de Faetón atacó a Thaleira poco después de la llegada de Rufus. Su verdadero objetivo, por supuesto, era acceder a las ruinas que se encuentran del otro lado. Vulcanus había visto en su vida mayores amenazas que los grandes cañones de los miembros de Faetón. Y Rufus tampoco temía que pudieran representar una amenaza mayor que a la que ya había sobrevivido. Así como Thaleira se defendió con una fuerza mucho mayor a la esperada por los miembros de Faetón, Vulcanus y Rufus también forjaron en las almenas una alianza inquebrantable que se mantiene hasta hoy.
Si bien el ataque inicial de los miembros de Faetón no tuvo éxito, la promesa de la Zona Prohibida les sigue resultando demasiado atractiva para abandonarla. Hasta hoy sigue habiendo un pequeño puesto de avanzada de Faetón cerca de Thaleira, bien defendido y esperando su momento. Vulcanus también espera que llegue el momento correcto para expulsar a los arrogantes intrusos de su tierra sagrada.

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