Lumak Bokan es un feroz guerrero de una antigua tribu del Valle Esmeralda. Rodeado de exuberantes montañas verdes, su tierra natal era un paraíso oculto intacto por la Tundra helada. Durante generaciones, su pueblo vivió en armonía con la tierra, hasta que el hielo comenzó a extenderse. – Cuando Faetón llegó sin invitación, la vibrante vida del valle comenzó a desvanecerse. La tribu supo que el "corazón" de la tierra había sido contaminado, permitiendo que el frío echara raíces. Decidido a salvar el hogar que amaba, Lumak emprendió un viaje para encontrar la manera de sanar la tierra.
El padre de Lumak era un guerrero legendario, y ese legado perdura en él. Desde niño, demostró la fuerza y valentía para enfrentarse cara a cara con bestias salvajes. Al alcanzar la madurez, ya igualaba las habilidades de su padre. Armado únicamente con sus armas tradicionales, logró resistir a las fuerzas de Faetón y su equipamiento muy superior. Luchó codo a codo con su padre, defendiendo su tierra sagrada de aquellos que osaron profanarla.
En el corazón del Valle Esmeralda yace un manantial: puro, sagrado y lleno de vida. Sus aguas nutren cada rincón de la tierra con energía y espíritu. – Faetón, movido por la codicia, intentó desentrañar sus secretos. Pero sus experimentos imprudentes envenenaron el manantial sin remedio. Para proteger a su pueblo y al manantial sagrado, el padre de Lumak sacrificó su vida. Empuñando la lanza de su padre, Lumak juró expulsar a los invasores. Tras años de lucha, finalmente guió a su pueblo para reconquistar su hogar.
Lumak vagó por la Tundra en busca de una cura. Se enfrentó a Faetón una y otra vez, pero también forjó lazos duraderos con los héroes de la Alianza del Amanecer. Con su ayuda, el manantial sagrado finalmente se purificó, y el Valle Esmeralda comenzó a florecer nuevamente. Aun así, Lumak eligió permanecer en el frente de batalla, para honrar sus nuevas amistades y asegurarse de que Faetón pagara por lo que hizo.