Lloyd proviene de Ostermore, la «Ciudad de los Artesanos», famosa por su espectacular artesanía mecánica. Su familia es reconocida por sus conocimientos de relojería. La gran torre del reloj del pueblo, donde vive actualmente, es la obra maestra de su padre.
Único hijo de un maestro artesano, Lloyd mostró tener un excepcional talento desde una temprana edad, dominando sin esfuerzo habilidades como la calibración de la torre del reloj y la reparación de complejos relojes de bolsillo. Su padre, a menudo absorto en su trabajo, no tenía mucho tiempo para pasar con él. Por ello, Lloyd se fabricó algunos «amigos» para sí mismo: un alegre pájaro de bronces y una rana cantora robótica. Gracias a su compañía, Lloyd disfrutó de una niñez feliz.
Algún tiempo después, el pueblo recibió a dos nuevos residentes: un robot gigante llamado Sr. Hojalata y una chica pelirroja llamada Edith. Lloyd quedó fascinado por sus nuevos vecinos y pronto se hicieron amigos. A medida que crecían y aprendían juntos, creó un fuerte vínculo con Edith y no podría resistirse al deseo de explorar la estructura interna del Sr. Hojalata.
Ostermore siempre había sido un lugar pacífico, pero esto terminó cuando llegaron algunos forasteros que se llamaban a sí mismo los Faetón.
Vinieron en busca de la última pieza remanente de la llamada «Máquina de Guerra», con la intención de usarla como prototipo para construir un formidable ejército de robots. Con este fin, tomaron el control del pueblo y capturaron a Edith y al Sr. Hojalata.
Las llaves de tuerca y los martillos no podían competir contra las balas, pero los artesanos aún no estaban dispuestos a darse por vencidos. Con el caer de la noche, una silenciosa rebelión comenzó a gestarse en rincones ocultos...
Mientras los soldados Faetón hacían el cambio de guardia, los pueblerinos, ayudados por máquinas, lanzaron un contraataque. El padre de Lloyd lideró la carga y el propio Lloyd, ahora un joven valiente, estaba entre los guerreros.
Los cucús mecánicos bloquearon la visión del enemigo y las bombas a hélice causaron estragos detrás de ellos. Al final, los artesanos recuperaron su pueblo justo antes del amanecer. Lloyd evitó que desmantelaran al Sr. Hojalata en el último minuto y liberó a Edith.
La herida de su padre opacó la victoria: una grave lesión de columna lo dejó con movimiento restringido. Sin embargo, ni Lloyd ni su padre dejaron que esto les desanimara. Con el avance de las habilidades de Lloyd, creían que un día podría fabricar un exoesqueleto perfecto que le permitiría al legendario artesano pararse una vez más.