Como muchos supervivientes de la caída del Viejo Imperio, Ling Xue creció con una lanza en una mano y una espada en la otra. Incluso antes del Gran Congelamiento, su legión de soldados de élite era el terror de los bandidos en todas partes. A diferencia de otros ejércitos fronterizos que se protegían detrás de los muros de sus ciudades, las Águilas de Hierro de Ling Xue preferían salir y luchar. Y lo hacían con una precisión devastadora, atacando siempre al corazón del enemigo. – Una de las ventajas de Ling Xue es su asombroso dominio del terreno. Esto a menudo le permite dividir y aplastar fuerzas mucho más numerosas avanzando, por ejemplo, hacia un campamento enemigo en la noche para generar confusión. La mayoría de los comandantes no se atreverían a entrar meterse en una situación tan peligrosa. Pero Ling Xue confía plenamente en su habilidad para liberar a sus hombres de cualquier situación siempre que tenga la ventaja de la sorpresa.

Y así fue que Ling Xue logró convertirse en el terror de las tierras fronterizas, una ardiente hidra de seis brazos y tres cabezas en el folclore de los bandidos. La realidad es que no sería fácil de reconocer a Ling Xue en medio de una multitud sin su armadura. De hecho, su rica y variada vida fuera del arte de la guerra incluye el afecto por técnicas de horneado poco convencionales, por más que eso pueda hacer sentir incómodos a algunos veteranos de guerra curtidos.

El entrenamiento práctico de Ling Xue durante su infancia con armas de entrenamiento de madera estuvo acompañado de una gran cantidad de estudios teóricos con libros. Pero Ling Xue no es una académica. Sus habilidades se basan más en el tipo de habilidad despreciadas por otros generales no acostumbrados a las tácticas espontáneas. Ling Xue nunca iba a lograr ganarse el aprecio de la superioridad militar simplemente por sus ancestros. La única forma de escalar en el escalafón de las tierras fronterizas es demostrar la valía en combate. Y ella esperaba ansiosa a la llegada de esa oportunidad.

Hay un motivo por el cual las crisis y las oportunidades llegan juntas. Ling Xue no era más que una centuriona que acompañaba al sobrino del emperador en una inspección de rutina cuando un ejército de bandidos inusualmente grande decidió atacarlos. Superados en números por 3 a 1, el sobrino del emperador entró en pánico. Ling Xue lo miró a los ojos y le aseguró que el líder de los bandidos no tenía idea en lo que se había metido. – Los bandidos se movieron rápidamente para atacar por el flanco al guardaespaldas más pequeño de Ling Xue lejos de las puertas de la ciudad. Pero fue un error fatal. La unidad de Ling Xue cargó inmediatamente. El líder de los bandidos quedó con las manos atadas en las espalda antes de que la mayoría se diera cuenta de lo que estaba sucediendo. El resto dio media vuelta rápidamente y huyó al ver a su líder cautivo. – El sobrino del emperador regreso a casa sano y salvo. Y el Capitolio pronto hizo saber que Ling Xue había sido ascendida a general provincial.