Ahmose provenía de un antiguo clan de guardianes cuyo deber sagrado era salvaguardar el Corazón de Cthugha, un Cristal de fuego activo, y regular su uso. Con la ayuda de estos guardianes, la Dinastía Solaris llegó a controlar la energía del Cristal de fuego. Sin embargo, cuando el reino alcanzó el poder, el rey traicionó a sus protectores y los desterró. Posteriormente, el Cristal de fuego entró en un estado inactivo, y el destino de los guardianes permaneció envuelto en un halo de misterio. – Recientemente, el arma de Ahmose lo alertó sobre el despertar del Cristal de fuego. Como uno de los últimos descendientes vivos de los guardianes, dejó atrás a su clan y se embarcó en una misión de venganza. Tras llegar a su destino, Ahmose se enfrentó a la realidad de que el antiguo imperio se había derrumbado. Esto lo dejó en un dilema sobre si debería apoyar u oponerse al nuevo gobernante del Castillo de Fuego Solar.
La lanza y el escudo de Ahmose eran un motivo de orgullo para sus antepasados. Las dos armas fueron infundidas con la energía del Cristal de fuego y así cobraron vida. Una vez perdidas, las armas fueron encontradas cuando Ahmose escuchó su llamada. Las restauró a través de la forja como si estuviera reconstruyendo la antigua gloria de sus antepasados.
Después de pasar un tiempo en el Castillo de Fuego Solar, Ahmose estaba seguro de que el nuevo presidente no era un tirano como el gobernante del antiguo imperio. Al hablar con el Corazón de Cthugha usando su don de resonar con él, se convenció de que el presidente era el gobernante reconocido por muchos.
El Corazón de Cthugha liberó a Ahmose de su destino como guardián y le dio a él y a los miembros de su clan su libertad. Sin la misión de guardián, Ahmose perdió repentinamente el rumbo de su vida. Afortunadamente, su valentía y sus destacadas habilidades de combate le granjearon la admiración de los gobernadores. Ahora, protege las ciudades recién construidas y ayuda a los supervivientes que luchan contra el frío extremo con su escudo.